▷ Panadería Pastelería Acuña 《 OPINIONES 》

La Panadería Pastelería Acuña se encuentra situada en R. Juan Bautista Andrade, 12, 36005 Pontevedra, España. Este negocio local es conocido por su amplia variedad de productos de panadería y pastelería que deleitan a sus clientes.

Con una valoración media de 4.1 sobre 5, Acuña ha logrado establecerse como un lugar de preferencia para aquellos que buscan calidad y sabor. La atención al cliente es una de sus prioridades, lo que se refleja en las opiniones favorables de los visitantes.

El horario de atención es muy conveniente. Abre sus puertas todos los días de la semana, desde las 8 a.m. hasta las 10 p.m. Esto permite que tanto los madrugadores como los que buscan un dulce capricho al final del día puedan disfrutar de sus productos frescos.

La oferta incluye desde panes artesanales hasta una deliciosa selección de postres y pasteles. Los productos son elaborados con ingredientes de alta calidad y siguiendo recetas tradicionales. Esto asegura que cada bocado sea una experiencia placentera.

Además, Acuña también ofrece opciones para celebraciones y eventos. Su servicio de pastelería personalizada permite encargar tartas y dulces adaptados a las necesidades de cada cliente.

Los clientes pueden realizar pedidos a través del teléfono +34 986 10 95 88 para mayor comodidad. Esta opción es ideal para quienes desean asegurar su selección favorita o realizar encargos especiales.

La Panadería Pastelería Acuña es un establecimiento que combina tradición y calidad, ganándose el corazón de la comunidad pontevedresa. Su ambiente acogedor y su variada oferta la convierten en una parada obligatoria para amantes de la buena repostería y panadería.

CÓMO LLEGAR AHORA
LLAMAR: +34 986 10 95 88

Dirección: R. Juan Bautista Andrade, 12, 36005 Pontevedra, España

Horario de Panadería Pastelería Acuña

Lunes:8a.m.-10p.m.
martes:8a.m.-10p.m.
miércoles:8a.m.-10p.m.
jueves:8a.m.-10p.m.
viernes:8a.m.-10p.m.
sábado:8a.m.-10p.m.
domingo:8a.m.-10p.m.

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Opiniones de Panadería Pastelería Acuña

La Panadería Pastelería Acuña, con una valoración media de 4.1 sobre 5, ha generado opiniones muy divididas entre sus visitantes. Por un lado, muchos destacan el excelente servicio de algunas dependientas, mientras que otros han tenido experiencias bastante negativas.

En varias ocasiones, los clientes elogian a las dependientas que les atienden, describiéndolas como encantadoras y profesionales. Una joven con linda melena oscura y otra chica delgadita son mencionadas frecuentemente por su trato excepcional. Estas empleadas logran que muchos regresen, creando una atmósfera acogedora. Sin embargo, la situación cambia drásticamente con la presencia de ciertos empleados, como Yesi, quien es descrita como hipócrita y malvada. Esta dualidad en el servicio deja a muchos clientes confundidos y frustrados.

Uno de los comentarios más contundentes proviene de un visitante que tuvo una experiencia terrible con una camarera llamada Jessica. Se quejó de lo mal que olía, de su actitud grosera y de la calidad de los productos que le fueron servidos. Su café llegó frío y el zumo estaba caducado. El comentario sobre el bizcocho con pelos fue particularmente impactante. Este tipo de situaciones pone en entredicho la calidad del producto y la atención recibida.

Además, se menciona una subida absurda de precios en un 5 céntimos, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la dirección del negocio. Los clientes sienten que estas pequeñas decisiones pueden llevar a la pérdida de clientela, algo que debería ser considerado por la administración.

La experiencia en la Panadería Pastelería Acuña parece depender en gran medida de quién esté atendiendo. Muchos valoran el trato caluroso de ciertas dependientas, mientras que otros están hartos del servicio de algunos empleados que no cumplen con las expectativas. A pesar de tener un buen producto, la calidad del servicio es crucial.

Es evidente que, para mejorar, Acuña debería enfocar sus esfuerzos en la formación y selección del personal. La buena atención puede convertir a un cliente ocasional en un habitual, mientras que una mala experiencia puede ahuyentarlo para siempre.